La evaluación, una herramienta de aprendizaje
Como investigadora y evaluadora, sé muy bien que la evaluación puede suscitar un cierto tipo de respuesta por parte de los profesionales de las organizaciones sin ánimo de lucro y las comunidades. Aunque siempre tengo la esperanza de que la respuesta sea una alegría abrumadora, la mayoría de las veces se asemeja más al miedo de que su programa o iniciativa esté a punto de ser sometido a un duro escrutinio o a una serie de miradas vacías esperando que se acabe la charla sobre productos, resultados y métricas. Entonces, ¿para qué sirve exactamente la evaluación? Y más aún, ¿qué tiene que ver con el fomento de la equidad y el cambio de los sistemas?
En pocas palabras, la evaluación es una herramienta de aprendizaje. La evaluación puede ayudar a la filantropía a averiguar el rendimiento de la inversión y si las estrategias se ajustan a la misión. Una evaluación equitativa puede revelar si las personas adecuadas estaban sentadas a la mesa y qué tipo de poder de decisión tenían. En la Foundation for a Healthy St. Petersburg, tenemos un compromiso a largo plazo de aprender con y de la comunidad sobre qué tipo de intervenciones funcionan para incidir en los problemas locales de equidad racial y por qué. Nos esforzamos por hacer el tipo de inversiones que tendrán un impacto positivo en nuestras comunidades para las generaciones venideras. Como Fundación cuya misión se centra directamente en la equidad racial basada en el lugar, entendemos que la forma en que aprendemos y evaluamos nuestro trabajo debe operar desde una lente similar. En el transcurso del próximo año, estamos trabajando para alinear intencionadamente nuestras estrategias con la forma en que aprendemos y utilizamos los datos para promover el cambio de los sistemas.
Siguiendo el ejemplo de la Equitable Evaluation InitiativeTM(Iniciativa de Evaluación Equitativa), trabajaremos intencionadamente para cuestionar las formas tradicionales de funcionamiento de la filantropía y las firmes creencias que han guiado ese trabajo. Esto significa que nos aseguraremos de que nuestros procesos internos sean equitativos al mismo tiempo que examinamos nuestras estrategias de cara al exterior. También significa que adoptaremos un enfoque participativo para medir el éxito. Por ejemplo, ¿estamos haciendo las preguntas adecuadas? ¿El trabajo que estamos realizando aborda realmente las causas subyacentes de las desigualdades raciales? ¿De quién son las voces que influyen en las decisiones?
Petersburg está aprendiendo, cambiando y creciendo junto con las comunidades con las que trabajamos. Nuestras estrategias de evaluación también reflejan ese camino.
Permanezca atento este año para seguir con nosotros lo que estamos aprendiendo de los resultados de nuestras evaluaciones, investigaciones y socios comunitarios.