Socio financiado: 360 Eats

Tras graduarse en la universidad, Cameron Macleish se encontró viviendo en una comunidad de buceadores de contenedores de Melbourne (Australia). Al principio, rescatar comida le parecía un gran truco de vida para ahorrar dinero. Sin embargo, poco después vio que la cantidad de desperdicios alimentarios que presenciaba era un gran problema, y también una oportunidad.
Tras regresar a su casa en San Petersburgo, puso en marcha un programa de cocina con su madre, Ellen, que es cocinera profesional. Juntos, cocinaron exquisitos festines a partir de residuos alimentarios locales, convirtiendo lo que era casi basura en un tesoro.
"Nos hicimos virales en un par de medios de comunicación y nos dimos cuenta de que habíamos dado con algo", explica Macleish. "Al mismo tiempo, yo trabajaba en una despensa local y veía la realidad diaria de la inseguridad alimentaria. Así que, por un lado, veía cómo se desperdiciaba toda esta comida al mismo tiempo que sabía que miles de familias de la zona de Tampa Bay luchaban por acceder a alimentos frescos."
Tras un poco de investigación jurídica, nació 360 Eats. Gracias a la ley del Buen Samaritano, las empresas pueden donar alimentos perceptiblemente sanos a organizaciones sin ánimo de lucro sin riesgo de responsabilidad. Macleish trabaja con proveedores como US Foods, Sysco, Fat Beet Farm, Brick Street Farms y otros para rescatar entre 1.000 y 2.000 kilos de comida a la semana. Alrededor de la mitad los dona a despensas de toda la comunidad. La otra mitad, él y su equipo la convierten en deliciosas comidas preparadas para los residentes que sirven desde su camión de comida en lugares de toda la comunidad como el James B. Sanderlin Neighborhood Family Center, Braiding with a Twist, el United Way Suncoast Resource Center en North Greenwood, y más.
"Después de haber trabajado en una despensa de alimentos, sé que hacer cola para conseguir comida puede ser incómodo para algunas personas", explicó Macleish. "El camión de comida es un medio para hacerlo divertido y digno. También está la parte de la movilidad, ya que podemos eliminar las barreras de transporte para algunas personas."
A veces, los alimentos que rescatan están disponibles simplemente porque hay demasiada oferta y las empresas necesitan hacer sitio para otra cosa. A veces, ligeros daños estéticos en el embalaje exterior dificultan la venta de los artículos.
Con financiación de la Fundación, 360 Eats acaba de poner en marcha su programa Culinary Cultivators, con el que pretende ofrecer a jóvenes que se enfrentan a obstáculos laborales unas prácticas de seis meses en las que ganan 20 dólares la hora por 20 horas de trabajo semanales. Su primer becario, Jack, que acaba de salir del sistema de acogida, se graduará en noviembre.
"El objetivo del programa es ayudar a personas como Jack a desarrollar habilidades prácticas en una cocina profesional que sean transferibles, con el objetivo de conseguir un puesto a tiempo completo como cocinero de preparación o algo similar al final de las prácticas", explicó Macleish.
360 Eats acoge a voluntarios y actualmente busca acceso a una cocina comercial con amplio espacio para alimentos. Para saber más sobre su labor, visite su sitio web en https://www.360eats.org/.